Para los Seris, la Isla Tiburón, es un santuario habitado por espíritus y dioses desde tiempos ancestrales. Estos indígenas hoy sólo visitan su isla desde las aldeas de Punta Chueca y Desemboque, ubicadas en el centro del litoral sonorense. Para llegar ahí, recorremos 110 km desde Hermosillo a Bahía de Kino (La Perla del Mar de Cortés), considerada la puerta de acceso a las islas del Golfo. Enfrente, en la lejanía, vemos varias montañas brumosas: es la Isla Tiburón, la mayor de México, pues mide 50 kms de largo por 25 de ancho. Para conocerla, necesitamos contar con el apoyo de guías Seris que viven 30 minutos al norte, en la comunidad tradicional Seri de Punta Chueca.
La isla, importante desde tiempos prehispánicos, es territorio de los Seris o Conca’ac (La Gente), que poseen patrimonios como los geolitos, trozos de alfarería, caminos y veredas. Ahí tienen altares, cuevas, enramadas y sitios para celebrar sus ritos mágico-religosos, donde los jóvenes pernoctan durante sus duras pruebas para pasar a la edad viril. Desde el inicio del Virreynato los habitantes de la isla mantuvieron su aislamiento; a raíz de las persecuciones, estos grupos se redujeron a pocas familias refugiadas en el interior insular, donde fueron diezmados sus últimos habitantes, pues alrededor del año 1700 también ahí empezaron las invasiones armadas de los españoles.
Hoy la isla está deshabitada y sólo cuenta con campamentos de pescadores. Sus antiguos pobladores la recuperaron en 1970, cuando el gobierno entregó a los descendientes de los Seris 91,332 ha, como propiedad comunal, donde han introducido Borrego Cimarrón y en su litoral solo pesca la tribu Seri. La isla semiárida tiene 120,800 has (1,208 Km2) y está dividida por dos alargadas cadenas montañosas: la Sierra Kun Kaak con una altitud de 1,219 msnm y la Sierra Menor, que confluyen en el Valle de Tecomate. Tiene 3 cuencas hidrológicas abiertas por arroyos temporales con tierras planas hacia el continente o la extensa planicie denominada Valle de Aguilillas.
Considerada una isla muy importante por su diversidad biológica y sus hábitats, fue declarada Refugio de Fauna Silvestre en 1963 y tiene categoría de Reserva de la Biosfera. Forma parte de la provincia faunística de la Planicie Costera del Noroeste de México, donde se han registrado alrededor de 900 familias de insectos, 178 especies de aves y más de 100 especies de mamíferos, reptiles y anfibios, de las que 14 sólo viven aquí. En el mar, la vida abunda y habitan 10 especies de mamíferos marinos, varios amenazados de extinción; además, los peces reúnen más de 200 especies, de las cuales varias decenas son susceptibles de aprovechamiento comercial.
En esta Isla Tiburón, pudimos admirar ambientes inhóspitos y espectaculares que desde mediados del siglo XVI, dieron refugio a los Seris sobrevivientes de una guerra cruenta que sostuvieron contra los españoles, quienes casi dos siglos después de descubrirla trataron de conquistarla; es el lugar donde vivieron casi aislados, perduraron sus costumbres y se mantuvieron unidos como grupo hasta nuestros días, y donde todavía realizan algunos de sus ritos ancestrales más sagrados. Así, como antaño, la enorme Isla Tiburón es un santuario habitado por espíritus y dioses.