Alrededor nuestro, poco a poco los olores y colores cambian, los paisajes se tornan espectaculares y predomina el verde de los pinos y encinos. Nuestro objetivo es recorrer las tierras más altas del estado de Chihuahua, hasta donde llegan turistas y aventureros de México y el mundo, para conocer uno de los ambientes más bellos del corazón de la Sierra Madre Occidental: Las Barrancas del Cobre. El viaje es en el Tren Chepe, de Chihuahua a Los Mochis, que nos permite admirar una amplia gama de paisajes.
Bajamos en Creel, la puerta de entrada a las Barrancas, con atractivos como las formaciones rocosas del Valle de Las Monjas o Valle de Bisbirachi, que en rarámuri significa “lugar de los penes erectos”; aquí aprovechamos la luz matutina para lograr las mejores fotos de este conjunto de extrañas rocas verticales. Después pasamos al lago Arareco, que a media mañana y por la tarde, refleja los cielos más azules de la sierra. Y para quien prefiere lo cultural, a media hora está la Misión de Cusárare construida por Jesuitas en 1733 y que contiene al inigualable Museo Loyola de Arte Sacro.
En la sierra, el destino turístico más famoso es Divisadero, un mirador natural de este enorme complejo geológico llamado Sierra Tarahumara. Al fin llegamos a la unión de las Barrancas del Cobre, Urique y Tararecua, de 1,200 m de profundidad, para ver peñas y cañadas en los miradores de Piedra Volada, Mesa de Mogóbato, Mesa de Guérachi, y otras que en conjunto suman casi 1,500 km de largo. Quien dispone de tiempo, realiza senderismo, ciclismo, recorridos al fondo de las barrancas, sube al funicular o las tirolesas, y por las tardes admira la niebla que cubre estos precipicios de vértigo.
En estas tierras los amaneceres y atardeceres tiñen de naranja las barrancas que son hasta 4 veces más profundas que las del Cañón del Colorado; aquí viven pobladores que no rehúyen a las cámaras, los rarámuri: una etnia que ha preservado sus tradiciones sin influencias externas, y que crean artesanías únicas, como canastos llamados “huares”, fajas tejidas, ropa de manta, máscaras de madera, tamborcillos de cuero, y mucho más. Lo ideal es comprar estos productos, aprovechar para tomar fotos, y así fomentar la producción.
El recorrido por estas Barrancas, permite admirar uno de los monumentos naturales más llamativos del planeta, con sitios legendarios como Barrancas Del Cobre, de Urique, Sinforosa, Huápoca, Mayo, Candameña, Chinípas, Septentrión y Oteros, y las caídas de agua más altas de México. Al final, nuestro Guía local nos comentó “…las Barrancas del Cobre son lo que el Cañón del Colorado quiere ser cuando sea grande…” Una manera sutil de reconocer la magnitud de este mundo espectacular.