Uno de los litorales más bellos y forma parte de la gran costa con forma de media luna del Golfo de México, está en los municipios de Tecolutla y Nautla; la denominada Costa Esmeralda, es una franja con más de 20 km de playas arenosas bañadas por aguas de tonos verdes, con oleaje apacible, idóneo para nadar y practicar el esnoquel y la pesca. Aquí no hay prisa para disfrutar la brisa marina, el clima cálido y los exquisitos platillos que se sirven en estos rincones casi vírgenes y poco conocidos; los rodean antiguas fincas con extensos potreros y cultivos de caña, plátano, maíz, y variados cítricos.
La Costa Esmeralda cuenta con 60 km de extensión, desde su inicio por el norte en la población de Tecolutla, hasta Nautla en el extremo sur; sus playas más interesantes son Maracaibo, Casitas, Playa Paraíso, Boca de Lima, Playa Oriente, Playa Verde, Miramar, Guadalupe, La Vigueta, Monte Gordo y muchas más. Es una región privilegiada donde durante siglos se han asentado culturas primigenias como la Olmeca, Huasteca y Totonaca entre la vegetación tropical, que funciona como punto de partida hacia lugares inigualables, como la zona arqueológica de El Tajín y el Pueblo Mágico de Papantla, así como los pueblos ribereños de Jicaltepec, Nautla y San Rafael, este último poblado por inmigrantes franceses en el siglo XIX.
Una de las mayores poblaciones en esta costa, es Tecolutla (lugar de Búhos o Tecolotes), que cuenta con manglares, esteros, y extensos humedales de aguas salobres, todo cruzado por sinuosos canales donde se realizan paseos turísticos en lancha, hasta la Zona del Silencio, la Cueva del Pirata, la Alberca y la Cruz de los Esteros; en el área es posible admirar más de 200 especies de aves marinas y terrestres, así como realizar actividades recreativas, educativas y obtención de recursos pesqueros; en la playa de Tecolutla es posible participar en el campamento o Centro Tortuguero Vida Milenaria y entre abril a agosto liberan las crías de tortugas marinas.
En otras playas del área, es grato tomar un refrescante coco recién cortado o un delicioso “Torito”, y por la tarde escuchar el sonido de las aves y descansar al ritmo del oleaje en una hamaca o cabaña. Aquí las actividades son muy variadas, desde paseos en caballos, kayacs, motos acuáticas, bananas, buceo, esnorquel, pesca, caminatas, excursiones en lancha por canales entre los mangles o simplemente asolearse en sus playas libres de ruidos y de grandes construcciones. Y para satisfacer a los comensales, la oferta es interminable, abundan los platillos a base de pescados y mariscos, carnes, quesos y antojitos regionales, para todos los presupuestos.
Anécdota de Gabriel González (exeditor revista Geomundo): Jerzy (periodista Polaco) y hermana, a finales de los 90’s, durante un viaje por la costa centro de Veracruz, ocupaban una cabaña en una playa de la hoy Costa Esmeralda; al anochecer sentieron la presencia de algo que se aproximaba volando mientras hacía un ruido como de campanas al mismo tiempo que zumbaba y recorría la playa de un lado a otro siguiendo la línea costera, por lo que sintieron temor y se metieron a la casa y encerraron todos los que ahí estaban; se fue la energía eléctrica y pronto dejaron de escucharse esos sonidos. Encerrados sintieron que alguien o algo se acercaba, todo estaba a oscuras, por lo que encendieron unas velas colocadas en el piso. Luego una luz verde entró por la ranura entre la puerta y el piso; entonces las velas se deslizaron hacia la puerta donde chocaron. Y la luz se acercó al cuarto, por miedo se cubrieron con el sleeping bag y al principio nadie se atrevió a ver, sólo lo hicieron mirando hacia abajo, donde vieron como dos piernas verdes luminosas que supusieron era en lo que despedía la luz verde, y sólo miraron un poco hasta casi la cintura de ese algo que semejaba una figura. Después de un rato, desapareció lo que parecía el cuerpo de lo que habían visto, quedando otra vez la luz verde que salió por debajo de la puerta. Al poco tiempo se volvió a escuchar el sonido del viento zumbante y campanas, pensamos que podría ser un Ovni; pronto todo quedó en silencio y después regresó la luz eléctrica. No soy crédulo y todo esto es inexplicable, pero esa luz y sonidos duraron mucho tiempo en mi cabeza.