En la Habana, viajar en auto es volver al pasado, a más de medio siglo, porque en esta ciudad Patrimonio Cultural de la Humanidad desde 1982 por la UNESCO, circulan miles de los autos más antiguos del mundo, la mayoría clásicos americanos: son los llamados Almendrones debido a su forma globosa o boluda. Están de moda, y desde una céntrica avenida es posible admirar un desfile de estos carros de los más variados colores y modelos: Cadillac, Ford, Chevrolet, Dodge, Pontiac, Oldsmobile, Buick, Plymouth, Mercury, Studebaker, Skoda, Chevy, Thunderbird, VW, y muchos más. Aunque muy pocos conservan sus piezas y su estética original, durante décadas han sido los únicos carros que circularon en las calles de esta capital insular; atrás quedó su época de esplendor, pues los autos americanos dejaron de entrar en Cuba en 1959, cuando estaban registrados alrededor de 150,000 vehículos, de los cuales casi la mitad todavía circulan actualmente, son un importante medio de transporte y una excelente fuente de empleo; aunque la gran mayoría ha sufrido grandes modificaciones y hasta resulta difícil identificar el modelo, somos millones los turistas impresionados por la belleza y el buen estado de conservación de estos Almendrones.
Es uno de los atractivos más llamativos de la isla y constituye el mejor ejemplo de la tenacidad cubana, pues su carrocería de níquel, aluminio, fierro o plomo, ha sido pintada con los más variados colores. Algunos de estos ancianos metálicos, tienen cerca de 100 años, y son de uso común entre los cubanos, donde caben hasta 7 pasajeros, además son rentados para bodas y fiestas de quinceañeras, y también fascinan a los turistas que aprovechan para recorrer la ciudad y bajarse impregnados con olores a humo y gasolina; es un deleite pasear en un antiguo descapotable por La Habana Vieja, el Malecón, la Plaza de la Revolución, la 5ª Avenida, el Vedado, o llegar hasta Varadero o Viñales. Actualmente en la isla existen cerca de 70,000 autos fabricados entre 1920 y 1950, de los que unos 10,000 transitan diario por La Habana, donde muchos son de uso particular, otros son taxis colectivos o boteros, y muchos más son taxis turísticos. Todo el mundo sabe que, son un milagro de la mecánica y del ingenio popular isleño, pues antaño los arreglaban con piezas de refrigerador o lavadora, aunque hasta tiempos actuales utilizan piezas usadas. Toda esta mezcla de modelos y colores crea el mayor museo de autos antiguos en movimiento del mundo, lo que permite disfrutar de paseos como auténticos viajes al pasado.