Testigos de la historia del planeta, surgieron hace unos 350 millones de años y desde entonces, no han dejado de multiplicarse hasta colonizar todos los rincones.
Son los animales más exitosos sobre la tierra, y hoy la Clase Insecta la forman alrededor de dos millones de especies registradas, y cada día se incorporan nuevas; los científicos estiman hasta en 10 millones las especies existentes. Su gran auge se debe a su distribución en casi todos los ambientes terrestres y acuáticos, pues gracias a su capacidad adaptativa habitan en condiciones extremas: desde desiertos y nieves eternas hasta los trópicos donde son más abundantes, tanto en número de especies como en cantidad de individuos; la mayoría posee sexos diferenciados y son ovíparos o vivíparos, con altas tasas reproductivas. Poseen esqueleto externo, metamorfosis, vuelo y sistema reproductivo especializado.
Su tamaño reducido es otra ventaja: requieren poco alimento, pasan inadvertidos, una gota de apaga su sed y una roca los cobija. En tal variedad, hay rasgos comunes, cuerpo dividido en tres partes: cabeza con la boca, un par de antenas y los ojos; tórax con tres pares de patas y casi siempre alas; y abdomen, con los oídos, aunque a veces, están en las patas.
Sociales o solitarios, forman parte vital de la naturaleza, pues de ellos dependen dos tercios de las plantas con flores; además, realizan actividades similares al hombre y compiten con gran eficiencia, pues algunos viven en sociedades complejas, cultivan y cosechan, ordeñan y almacenan líquidos, son carpinteros, sepultureros o cazadores de esclavos, fabrican cera y seda, construyen viviendas con clima y tienen fuerza física desproporcionada.
Gracias a su inteligencia y demás características, los insectos sobrevivirán en el futuro, cuando la mayoría de la fauna conocida haya desaparecido.