Al llegar encontramos a varios danzantes y un hechicero, suenan caracoles marinos y su eco rebota en las rojizas paredes del cráter, mientras el aroma del copal impregna el ambiente. Estamos en El Ombligo, una elevación ubicada en medio del cráter, la cual durante siglos ha sido considerada lugar sagrado y santuario destinado a ceremonias para la siembra, los muertos y los dioses ancestrales. Es la cima del Nevado de Toluca, con que ocultan los picos del Águila y el Capitán. El panorama es imponente: dos lagos, uno azul y otro verde dentro del volcán, todo rodeado por elevadas paredes de roca sólida que durante el invierno se tornan blancas por la nieve. Este Parque Nacional de 51,000 has, creado en 1936, y que ocupa 10 municipios del Estado de México, tiene en El Sol y La Luna, dos de los lagos alpinos más altos del país.
Sobre las paredes casi verticales, se aprecia el espléndido azul intenso de La Luna, un bello lago de aguas poco profundas. Muy cerca, El sol, es el lago mayor, con profundidades de decenas de metros y aguas transparentes de llamativos tonos verdosos, en el fondo resguarda restos de copal y barro arrojados durante antiguos rituales prehispánicos. Estos lagos, son ideales para jugar en sus orillas arenosas o entrar unos metros a sus frías aguas. Mientras, los atrevidos escalan la empinada cima cubierta por piedra suelta, conocida como el Arenal, donde resulta divertido admirar los paisajes lejanos que, arriba permiten admirar tierras de varios estados aledaños. Cuando tiene nieve la ascensión es difícil debido a la gran cantidad de tráfico, porque suben cerca de 10,000 visitantes, esto es durante el invierno y parte de primavera.
Es reconfortante recorrer los alrededores, sus bosques de pinos, encinos y los extensos pastizales alpinos, donde es posible admirar conejos, coyotes, zorras, y al raro teporingo, así como cuervos, halcones y lechuzas. La piel es refrescada por el clima templado con 12 a 14º C en las partes bajas, y más frío de 4º a 10º C en las alturas que llegan a los 3,000 y 3,600 msnm. Esto produce heladas frecuentas y por varias semanas al año sus cumbres se cubran con nieve. Para conocer el parque, se pueden seguir varias rutas y realizar caminatas; uno de los principales senderos parte desde la caseta de vigilancia y conduce hasta la cima, y se llega hasta el cráter con sus dos lagos, y desde ahí admirar el extenso Valle de Toluca.
Lo ideal es visitar este Parque Nacional en invierno, cuando está nevado y ofrece espectaculares paisajes; además, es considerado uno de los volcanes más accesibles, porque es posible llegar en vehículo hasta su cima. Se considera un sitio idóneo para realizar turismo de naturaleza y deportes extremos; aunque, en mis tiempos de estudiante realice varias inmersiones de buceo en estas alturas, las aguas son tan frías que son todo un reto; es un lugar considerado sagrado porque el fondo del lago del Sol aun resguarda restos de copal y piezas arqueológicas. Así, vale la pena visitar este santuario donde son adorados antiguos dioses y se escucha el sonido ancestral de la flauta, el caracol y el tambor, tocados por descendientes de antiguas culturas prehispánicas, para quienes estas tierras elevadas son su santuario.