Los petroglifos (petros=piedra y griphein=grabar) representan una imagen grabada en la superficie de una pared o roca; son manifestaciones elaboradas con instrumentos de gran dureza como puntas de piedra y otras piezas para labrar la roca sólida, como martillo y cincel; otros grabados se hicieron con rocas talladas, se frotaba con otra piedra, arena y agua, se pulían con abrasión y percusión, puntos, líneas, surcos y hoyos; algunos grabados pequeños sólo se distinguen a poca distancia, otras consisten en marcas profundas. Las figuras son variadas o mezclas de complejos diseños como figuras geométricas, espirales, círculos, laberintos, grecas, cazadores, animales como venados, coyotes, borregos y garzas, cuerpos celestes, símbolos acuáticos y dibujos antropomorfos. Estas expresiones de arte pétreo pueden ser escenas ceremoniales, rutas y recorridos, relatos de cacería, ceremonias de la siembra, plantas y animales, nombres de tribus, calendarios o fechadores, cambios de estación y de clima, intercambio comercial, cultural y social, o sólo arte. Los petrograbados, son una transmisión vía visual, que por su simbología es una forma de su cultura y de narrar la historia de hace más de 4,000 años.
Las Pinturas Rupestres (del latín rupestris o rupes=roca) son dibujos impresos hace miles de años sobre cuevas, paredes rocosas, piedras lisas, acantilados y cañadas; son obras artísticas relacionadas con practicas religiosas o mágicas para propiciar la cacería y la fertilidad; este arte incluyó animales, figuras geométricas, puntos, líneas, manos, el entorno, personas, las estrellas, el sol, la luna, y sus dioses. Durante siglos han estado protegidas de la erosión natural y fueron hechas con materiales similares entre sí, pese a la distancia en miles de kilómetros y de años de separación; se usaron pigmentos básicos, como negro, rojo, naranja, amarillo, café y blanco, algunos minerales como hematita, cinabrio y manganeso, arcilla, calcita, y otros orgánicos como carbón, añil, resinas, grasas, y hasta desechos corporales. Esta expresión espiritual, religiosa, de carácter mágico o de poder, hecha con objetivos prácticos y no artísticos, ha existido en casi todas las épocas de la historia humana y en todo el mundo. Se consideran obras eternas que constituyen las primeras formas de comunicación, pues los petroglifos y pinturas, han marcado nuestra identidad humana. Aquí algunos ejemplos lo indican: